'Artstyle'

Si te interesa que toda tu obra se vea cohesionada, a lo mejor merece la pena limitarse a propósito, pero, ¿es realmente lo mejor a largo plazo? Lo que implica tener un estilo artístico y si realmente es necesario tener uno como creativo.

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Tener un estilo es una preocupación de muchos artistas, o de personas que empiezan a preocuparse por cómo se ven las obras que crean. A la hora de crear todos usamos una serie de técnicas, procesos, metodología, es decir tomamos una serie de decisiones, ya sean conscientes o inconscientes sobre qué hacemos y cómo lo hacemos.

El estilo artístico es una combinación única de decisiones tomadas por el artista. La lógica unida a estas va evolucionando y consolidándose con el tiempo. A través de un estilo artístico se construye un aspecto familiar a través del cual tus obras se pueden reconocer, como una marca.

Tener un estilo artístico tiene ventajas sobre todo para las redes sociales, por ejemplo, ya que aportan esa posibilidad de ser reconocido, además de acercarte a nichos de usuarios, que hace más fácil promocionarse. Como normalmente un estilo es un reflejo de las cosas que nos gustan, ya sea el haber imitado la manera de colorear de una serie que te gusta, las composiciones de una película o las temáticas de libros que disfrutas, te acercas a personas con gustos similares, encontrando un nicho o comunidad de personas que son similares a tí.

Sin embargo, dependiendo de lo restrictivo que sea el estilo, puede resultar más perjudicial que beneficioso. Es posible que tengas una gran audiencia y que todos tus trabajos tengan mucha cohesión visual, pero al final del día, recaer en la rutina y no explorar fuera de tus horizontes puede, primero, hacer que haya más bloqueos mentales, limitar tu rango y limitar tus capacidades.

Probar cosas nuevas siempre viene bien, al igual que tener algún tipo de cohesión entre los trabajos que haces. Tener un estilo artístico puede aportar una manera reconocible de presentarte a ti y a tus trabajos de manera profesional y para promocionarse, por ejemplo, siempre y cuando no sea tan restrictivo como para que limite demasiado lo que “puedes hacer”, es decir en las técnicas, medios, colores, temas, etc, porque todos tenemos la capacidad de decisión de crear lo que queramos.